miércoles, 29 de julio de 2009

Estrellitas de día


¿Cómo la estás pasando?



-Como en los mejores tiempos.



Así contestó Miguel Ángel Estrella en Vinará, Santiago del Estero. El músico fue un espectador más el lunes y los chicos que participan de los talleres de Música Esperanza en esa localidad y en el que funciona en “La Bombilla” dejaron volar, bajo el sol que ya calentaba, todo el talento que llevan para ser los protagonistas del día.

Los tucumanos que viajaron llegaron en una combi después de las diez de la mañana y todavía el frío apretaba un poco. El mate cocido caliente con pan fresco no se hizo esperar y empezaron espontáneamente a ensayar -sin que los profes les dijeran nada- para la presentación que sería después del almuerzo. También bailaron en uno de los salones, todos mezclados, cuando escucharon las primeras canciones de la mañana. Mientras tanto, otros curiosos jugaban en los autos antiguos del lugar o correteaban por ahí.
Santiagueños y tucumanos intercambiaron abrazos, acordes y pasos de baile. Al mediodía comenzaron a circular empanadas recién salidas de horno, como previa del locro que ya estaba casi a punto. Un ratito después, en tablones apostados bajo el sol, todos compartieron el almuerzo -locro sabroso, cargado de campo.
“Hay mucho amor acá. Los chicos tienen un ansia muy grande de vivir cosas fuertes. Es muy diferente plantarse frente al televisor y dejarse invadir por cosas a veces de muy mal gusto, muy comerciales, a bailar. No tiene nada que ver. Cuando entré me emocionó mucho, hasta las lagrimas, de ver la garra con que bailaban”, confesó emocionado Estrella. “Yo digo que un chico que baila, que dice poemas, que toca un instrumento y que lo toca con ganas… Que hace esas cosas con pasión, es un chicos salvado”, sostiene, siempre tan convencido que convence a los demás.
Al rato comenzó la muestra. Los bailarines santiagueños invitaron a la chacarera a que tomara sol. Y se levantó la polvareda entre zapateos y zarandeos. Las muchachas santiagueñas se animaron y cantaron alguna zambita también.
Entre presentación y presentación, Miguel Ángel agradeció a los chicos. “Allá por el 85 hemos vivido momentos muy fuertes, muy lindos, de mucha esperanza. Y También muchos momentos de frustraciones No lo digo con mala onda porque ya hace mucho que sé que los seres humanos tenemos lo mejor y lo peor”, recordó. "El asunto fue descubrir con mi mujer -me acuerdo- que tuvimos una crisis a los 25 años. Y comprendimos que éramos buena gente, pero que no nos gustaban las diferencias, que veíamos una persona diferente y la cuestionabamos. Y nos dimos cuenta ahí que quizá la solución para eso era alimentar todo lo bueno que teníamos, todo lo de generoso, de amistosos, de no pasar por encima de nadie, de respetuosos. Y nos estudiabamos el uno al otro. Eso era un prueba difícil. El otro, en mi caso marta, tenía que señalarme cuándo estaba en alguna deriva, de lo peor que había en mí y yo viceversa. Eso es bastante difícil de transmitir, pero yo lo hablo mucho con mis hijos y con mis ñietos”, compartió con todos.
Después, los 13 tucumanitos que llegaron de visita hicieron música del aire, con sikus, quenas y un bombo que resonaba al compás, con “Parque”, el tallerista que les enseña, al frente. Y después siguió la fiesta, Martín Fierro recitado, presente en el escenario.
Cuando llegaba la tarde, los chicos subieron a la combi que los había traído. Antes, se despidieron de Estrella con besos, abrazos... y hasta la próxima vez.


Esperanza en Colombia

"Ahora estuve en Colombia, en un caserío también. Allá les dicen veredas, que son ranchos que están al lado de un camino. Es vertical, en una línea. Y vi un trabajo admirable, también de Música Esperanza, con la música, la educación, el deporte, la danza y con el teatro. Está dirigido con cuatro monjas de Betlem, Betlemitas, que quiere decir Belén, donde nació cristo. Y es una orden de gente de la realidad, que no está atosigando a los chicos con rezar el rosario, sino que se meten en la vida de criaturas que arrastran fardos muy pesados cosas de la miseria. Son chicos salvados.

Las cuatro monjas son mujeres inteligentes, de inteligencias complementarias, que se quieren muchísimo entre ellas, y donde no hay rivalidades de ninguna clase. Es muy lindo el ambiente que hay ahí. Y ellas contienen a esos chicos que les cuentan sus cuitas, que son cuitas muy pesadas para chicos de 8, 9 10 años. Y hay talleristas. Hay un director de orquesta y un asistente de un caserío también y hacen un trabajo extraordinario. Tienen una orquesta de vientos, de cuerdas pulsadas, coro, actores y bailarines. En el baile no son tan diestros como los de acá pero en la música son impresionantes y también en la tarea actoral. Cuando llegué me ofrecieron un momento de arte y el que presentaba era un pendejito de 10 años, con un dominio de la escena…" relató antes de que empezara la función.

7 comentarios:

Carlos Abrego dijo...

¡Hola! M.R.:

Me hacían mucha falta tus escritos. Este artículo lo estaba esperando, te refleja, te pinta a vos en lo que describís, en lo que vos notás y apuntás. Me gusta mucho.

hsm1967 dijo...

Me gustó mucho lo leí como tres veces..saludos.

Alfonsina dijo...

gracias shikita por este post (te hiciste de rogar para escribirlo che!). Ya extrañaba leerte (yo tb andaba perdida). Me llevaste a ese lugar y casi puedo sentir la musica, Estrella transmite muchisimo. Espero verte pronto! Saludossss

Anónimo dijo...

Me gustó mucho el artículo, en un momento sentí como si hubiera estado presente por la claridad , la simpleza y descripción tan buena que hiciste de esos momentos, me encantó, te aseguro que me parecía ver la polvareda del baile y el olorcito de locro y empanadas y sobre todo la fraternidad junto a ese GRANDE
Fifí

Hipotálamo dijo...

Cuando el frío aprieta nos sacamos un poco de aire. Saludos, querida amiga. Esperaba otra cosa.

Anónimo dijo...

Me gustó tu relato. Muy sentido. Tuviste mucha suerte de estar un un ser humano notable y con esos chicos que están a la deriva y que buscan una luz de esperanza en sus vidas. Estas son acciones que enaltecen a las personas y tenemos la suerte de que Miguel Angel Estrella sea tucumano. Gracias por el relato. Tenés talento.

Anónimo dijo...

Coincido con que es un lindo relato, pero faltó contar la parte linda del asunto, o sea qué tal estaba el vino. Creo que vas encontrando tu estilo. Felicitaciones. FGSoto